Ruta 3. Presa de Cuevas Blancas - Rincón de Tenteniguada por el barranco de La Pasadera, Rutas del Tajinaste Azul
Punto de Inicio:
Presa de Cuevas Blancas Altitud: 1665 m
Punto de Llegada:
Rincón de Tenteniguada Altitud: 972 m
Longitud Total: 3420 m
Tiempo de Recorrido: 2h. 15’
Orientación de la ruta: SO-NE
Desnivel neto: 692 m
Dificultad: Media-baja
Esta ruta discurre en su mayor parte por la Reserva Natural Especial de Los Marteles, con un alto valor paisajístico y científico desde el punto de vista geológico-geomorfológico y biológico.
Comienza al pie de la carretera GC-130 de Telde a Los Pechos, en el punto: P0 Inicio (Presa de Cuevas Blancas). Transcurre por una pequeña pista de tierra abandonada, a una altura de 1665 m.
Pasa por un entorno de pinar de repoblación, frente de la presa de Cuevas Blancas por un suelo de coladas de lavas de fonolitas haüyníticas, ocupadas por una comunidad de retamar-codesar.
Unos 250 m más adelante del comienzo del sendero, punto: P1 Comienzo del sendero, seguimos entre el retamar-codesar, donde hay intercalados alhelís de monte (Erysimum bicolor) endemismo macaronésico, salvia blanca (Sideritis dasygnaphala), endemismo de Gran Canaria, sobre coladas de lavas fonolitas haüyníticas
Recorremos unos 380 m hasta la parte alta del Roque del Pino, en el punto: P2 Roque del Pino, donde el dominio de los codesos (Adenocarpus foliolosus), endemismo canario, y retamas amarillas (Teline microphylla) protagoniza el paisaje.
Surcando los cielos podemos observar el vuelo del cuervo, subespecie endémica canaria (Corvus corax canariensis), ave cada vez más amenazada y muy útil por su hábito carroñero.
Continuamos el camino girando a la derecha tomando la cabecera del barrando de La Pasadera. A partir de este punto comenzamos a descender con una pendiente pronunciada a través de un paisaje muy espectacular formado por coladas basálticas pliocénicas, fragmentadas por la inyección de chimeneas de fonolitas haüyníticas que salen al descubierto por la erosión litodiferencial. Son conocidas con el nombre de roques, a la derecha el Roque Grande.
Gran número de especies vegetales ocupan estas coladas, entre las que se aprecia el amarillo de las retamas y codesos, el azul de los tajinastes (Echium callithyrsum), endemismo grancanario con gran representación en la zona. Junto a estas especies podemos disfrutar de otros endemismos de Canarias como la salvia (Salvia canariensis), la cañaheja (Ferula linkii) o la cerraja (Sonchus acaulis).
Según continuamos, nos vamos a encontrar con especies rupícolas en las zonas más escarpadas y rocosas. Veremos en los roquedos especies crasas muy representativas conocidas como bejeques; como son Aeonium ondulatum, Aeonium simsii, Aeonium percarneum que son endémicos de Gran Canaria, o el caso de Aeonium spathulatum, endémico de Canarias. También aparecen comunidades de Greenovia aurea, que desafían a la gravedad y en los rincones más húmedos Aichyrson laxum, estas dos últimas especies endémicas del archipiélago.
Seguimos avanzando unos 700 m, hasta llegar a un elemento etnográfico: una cueva alpendre, que nos recuerda el uso de esta ruta por la trashumancia tradicional del ganado . Junto a este alpendre, unos metros más adelante nos encontramos con una era, al lado de un pino, que es un auténtico mirador natural puesto que podemos observar una panorámica espectacular de Valsequillo cortada verticalmente solo por el majestuoso Roque Grande a nuestra derecha, punto: P3 Era-mirador.
Según sobrepasamos la zona del mirador, alcanzamos la base del Roque Grande, admirándolo desde una de sus perspectivas visuales más atractivas.
A medida que vamos bajando, pasados unos 430 m, cruzamos el barranco hacia la cara Norte en el punto: P 4 Cruce del barranco. Rápidamente apreciamos como el ambiente torna a una mayor humedad, ya que la geomorfología del barranco de la Pasadera atrapa la niebla que transportan los alisios. Este fenómeno propicia la presencia de especies como el escobón (Chamaecytisus proliferus), el ortigón (Urtica morifolia), el bicácaro (Canarina canariensis) o la tacarontilla (Dracunculus canariensis), endemismos de las Islas Canarias.
En las cotas más bajas del sendero, los tajinastes azules nos hacen sombra, acompañados de escobones y tabaibas (Euphorbia regis-jubae), que alcanzan dimensiones considerables en esta zona. Junta a ellos, van apareciendo cada vez más árboles frutales como castañeros (Castanea sativa), almendreros (Prunus amygdalus), nogales (Juglans regia) u otros como guinderos (Prunus ceraus). Esta vegetación atrae la presencia de gran número de especies de aves tales como el petirrojo (Erithacus rubecula), la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), el herrerillo (Parus caeruleus teneriffae) o el canario (Serinus canaria).
Continuamos 480 m por el cauce del barranco hasta que llegamos al final del sendero donde comienza una carretera de tierra, punto: P5 Carretera, donde unos metros más abajo nos encontraremos con una galería de agua aún en uso.
A partir de esto punto seguimos bajando unos 330 m, por una zona rodeada de parcelas agrícolas de diverso tipo, hasta llegar a la carretera asfaltada, al lado de un castañero, en el punto: P6 el Castañero. Aquí aparecen ya las primeras casas. Desde aquí continuaremos por el lado derecho de la carretera para unos metros más adelante girar a la izquierda en dirección NE
Bajando por esta carretera 250 m nos encontraremos una quesería artesanal, punto: P7 Quesería, apreciándose más abajo el ganado de la zona del que se obtiene la materia prima para la elaboración de estos quesos.
Continuamos el camino descendente hasta que tomamos una carretera hacia la izquierda por donde nos desviamos para recorrer unos 600 m para llegar hasta el punto: P8 Fin en la plaza del Rincón de Tenteniguada, junto a la cual podemos disfrutar de la degustación de comida casera en el medio rural.