Ruta 1. Caldera de los Marteles a Rincón de Tenteniguada por el Salviar, Rutas del Tajinaste Azul
Punto de Inicio:
Caldera de Los Marteles Altitud: 1529 m
Punto de Llegada:
Rincón de Tenteniguada Altitud: 1043 m
Longitud Total: 3470 m
Tiempo de Recorrido: 1h. 30’
Orientación de la ruta: SO-NE
Desnivel neto: 486 m
Dificultad: Baja
La ruta comienza al norte de la Caldera de Los Marteles con orientación SO-NE. La mayor parte de la ruta atraviesa la Reserva Natural Especial de Los Marteles.
La dificultad es media en caso de lluvia, y baja en épocas estivales.
Los paisajes hacen de este sendero una experiencia única, que además permite observar hitos geológicos y una rica diversidad de plantas y animales.
A espaldas de la Caldera de Los Marteles, en la carretera GC 130 está el punto: PO Inicio, donde comenzamos la ruta, apreciando antes esta caldera de la época volcánica reciente, producto de un episodio freatomagmático, es decir de mezcla explosiva de agua y lava.
La ruta nos lleva por la pista forestal situada a la izquierda de la zona denominada Orillones del Salviar.
Aquí atravesamos un ambiente húmedo de cumbre, con un pinar con sotobosque de matorral y al borde del camino unos guinderos.
Caminamos por un suelo de depósitos freomágmaticos del Ciclo Reciente provenientes de erupciones de la Caldera de los Marteles. Sobre ellos encontramos un pinar canario de repoblación (Pinus canariensis). En las partes donde está ausente el pinar encontramos un retamar de cumbre, dominado por la retama amarilla (Teline microphylla), que aparece acompañada del tomillo (Micromeria benthamii), la salvia blanca (Sideritis dasygnaphala), codesos (Adenocarpus foliolosus), la magarza de cumbre (Argyranthemum adauctum canariensis), las cañahejas (Ferula linkii) entre otras.
A unos 510 m. en el punto: P1 Cuevas del Salviar, accedemos a un punto de valor etnográfico. Son cuevas utilizadas para refugio de ganado antaño por los pastores.
Más adelante el camino se bifurca, pasamos un barranquillo y lo seguimos por su margen izquierda. Tras salvar el pinar, encontramos una curva con un estanque-cueva, justo antes la entrada de la derecha nos dirige al sendero.
A 270 m del P1 hallamos el punto: P2 Inicio del sendero. Entramos en el territorio del tajinaste azul (Echium callithyrsum), un endemismo grancanario muy bien representado en Valsequillo.
Junto al tajinaste, debemos fijarnos en otra especie exclusiva del lugar, el Cardo de Tenteniguada (Onopordum carduelinum).
La comunidad formada por el tajinaste azul y la retama amarilla colorea el paisaje. Esta riqueza florística atrae a abejas, avispas, abejorros, por el carácter melífero de estas especies. Ricas mieles surgen de estas plantas, en una zona donde es fácil ver otros invertebrados entre las piedras y la vegetación.
Esta medianía alta acoge una excelente población del tajinaste azul, más un importante cortejo de plantas, que convierten a la cuenca del Tenteniguada en un lugar privilegiado para entrar en contacto con la riqueza botánica de la isla.
Seguimos adelante unos 240 m y a nuestra izquierda topamos con un naciente de agua, punto: P3 Naciente de Agua. Junto al agua, siempre hay vida. Las llamativas flores amarillas nos anuncian a la malfurada o mejorana (Hypericum grandifolium), un endemismo de la región macaronésica. El tramo atraviesa ahora la zona de umbría en el margen izquierdo de la cabecera del barranco. En el comienzo de este trecho atravesamos un valle, que forma parte del Ciclo Roque Nublo, etapa intermedia de formación de la isla.
A unos 300 metros, La Era Blanca aparece como un mirador natural sobre Valsequillo, en el punto: P4 Era-Mirador.
Llegados a este punto, torcemos al este; cambia el sustrato del camino que pasa a ser un suelo de coladas basaníticas-nefilíticas del Pleistoceno Inferior. Unos metros más adelante comenzamos a descender en dirección norte, pasando por un barranquillo debajo del Roque Grande
Aproximadamente un kilómetro de caminata nos sitúa ante el punto: P5 Base del Roque Grande.
El Roque Grande es una impresionante formación que geológicamente se define como pitón de fonolitas haüynitas, pertenecientes al Plioceno.
La vegetación trepa ahora por los riscos; es la denominada vegetación rupícola. Muy variada, podemos distinguir bejeques (especies de la familia Crassulaceae) muy comunes, como Aichryson laxum, Greenovia aurea, Aeonium spathulatum, Aeonium percarneum , Aeonium simsii, Aeonium manriqueorum, Aeonium undulatum, estos tres últimos endémicos de Gran Canaria. También abundan los tajinastes, en compañía de especies que gustan de la humedad, como es el caso del Ortigón (Urtica morifolia).
Comenzamos ya el descenso por una zona de coladas de lapilli, es el Lomo del Pleito por donde zigzagueamos por una pendiente resbaladiza, donde debemos permanecer atentos a resbalones. Sin por ello perder de vista la riqueza florística, nos rodean en el descenso especies como la col de risco (Crambe pritzelii), endemismo de Gran Canaria, o las flores llamativas de la morgallana (Ranunculus cortusifolios).
Si estamos atentos y las condiciones son propicias, podrá mostrarse la fauna con especies como la aguililla (Buteo buteo insularum), subespecie endémica de Canarias, el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), el vencejo unicolor (Apus unicolor), y reptiles como el lagarto canarión (Gallotia stehlini), exclusivo de la isla, además gran variedad de invertebrados.
Tras recorrer unos 780 m, en el punto: P6 Fin del sendero, comienza una carretera de cemento que nos llevará hasta el final de la ruta, 300 m más adelante, donde se encuentra un castañero en el punto: P7 Fin - Rincón de Tenteniguada. Este tramo pasa por una zona agrícola, donde observamos plantaciones de medianías, árboles frutales y casas de valor etnográfico.